La cadena en el comercio exterior -COMEX- a través de mesas de trabajo generadas por las autoridades y las partes involucradas, se ha comprometido y a la vez se ha encargado de trabajar a través de comisiones, seminarios y reuniones a través del país  para ir optimizando y actualizando los sistemas de enganche y coordinación pertinentes para agilizar  los trámites destinados el tránsito expedito de las cargas de importación y exportación respectivamente, esta tarea -que han librado con éxito las sucesivas administraciones de gobierno- trabajan dándole énfasis a las áreas administrativas y generando las bondades necesarias para evitar dobles tramites documentales al sector exportador en lo que podríamos llamar “ventana única”. Sin embargo y a pesar de estos esfuerzos estamos al debe en la logística y las operaciones destinadas a concretar el carguío, el traslado y la entrega física de las cargas. Acá es donde se invisibiliza la labor de los centros de despacho, recepción, puertos y medios de transportes que hacen posible concretar o cerrar este círculo virtuoso del comercio exterior.

La falta de un “Reglamento de la Interfaz Terrestre” nos pena a pesar de que es tanto o más importante que el trámite documental o “del papeleo” propio en los puertos del país, sobre todo en los puertos marítimos, en donde cada actor vela por sus propios intereses sin importar las nefastas consecuencias que conlleva la anarquía en donde prima la ley del más fuerte o quien abusa de su posición dominante en el mercado, generando millonarias utilidades so pretexto de “multas” por ineficiencia que son causadas y generados por los mismos actores que posteriormente cobran por ellas.

Esperamos que la nueva autoridad de gobierno –misma con la que ya se trabajó en la administración anterior estos temas de manera conjunta con nuestro gremio – pueda prestar la debida atención para mitigar esas esperas de hasta ocho horas para que un camión pueda ser atendido en un depósito de contenedores. En la recepción o el despacho de un embarque en los puertos y exigir a quien corresponda, su cuota de responsabilidad en cada caso asumiendo los costos de operación, tiempo muerto o deficiencias generadas en su oportunidad, mismas que hoy recaen en las plataformas de nuestros camiones y con el sacrificio humano de los conductores que en ocasiones, ni si quiera cuentan con los sitios o explanadas necesarias para estacionar y descansar de manera segura, ni menos contar con servicios higiénicos a la altura o que vayan de la mano con las exigencias de la dirección del trabajo.

Si vamos a trabajar en estandarizar los servicios, a aplanar o equilibrar la cancha, debe de ser de manera justa y en condiciones dignas para todos sus actores, principal objetivo para quienes tratamos de representar un gremio que no se cansa de pedir un marco regulatorio para nuestra actividad que tiene la responsabilidad de mover al país.

Atte.

José Egido Arriola.
Vicepresidente CNTC

 

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