COVID-19 en Chile: CAMIONEROS EN PRIMERA LÍNEA CON EL PAÍS

El gremio alega poca ayuda y cuidado para los camioneros que llevan mercadería en plena pandemia
global, y exigen medidas sanitarias para el transporte nacional. Además, llaman a la atención de la situación
internacional y cómo podría afectar el traslado, las decisiones tomadas en Argentina y Brasil.

Textos: Javier Izquierdo/ Fotos: Banco de Fotos

El coronavirus ha golpeado la vida y trabajo de millones en todo el mundo, y Chile no ha sido la excepción. En el caso
de los camioneros, la situación es particularmente complicada porque su rutina y trabajo de transporte, se ha convertido en un aspecto más vital que nunca, para evitar el corte en la línea de abastecimiento para toda la
población. Sin embargo, el gremio se siente traicionado en su misión, por las autoridades nacionales, quienes
ven que su labor no se ha visto protegida de la mejor forma, tanto en aspectos sanitarios como de condiciones, para que el camionero haga de mejor forma su trabajo.

Lo peor: temen que sean los propios camioneros, quienes, sin quererlo o sin saber, se conviertan en agentes propagadores de un virus que, tal como se ha visto en los últimos meses, es altamente contagioso y se expande con una rapidez asombrosa.

Por eso es que ya surgen las primeras voces de alerta. “Estamos muy preocupados porque el gobierno se preocupa de lo macro, pero no de lo micro, de quien está haciendo la pega, que día a día toma su camioncito, va al supermercado, deja la mercadería y vuelve a buscar más. Eso hoy no está considerado”, avisa el presidente de Fedesur, José
Villagrán.

“Lo único que el gobierno se ha asegurado con nosotros es que hagamos el abastecimiento día a día y lo hacemos de forma voluntaria y con mucho esfuerzo, porque no es fácil transitar por las carreteras”, añade.

Según Villagrán, los problemas van desde la seguridad para transitar por las carreteras hasta aspectos de salud e, incluso, alimentarios: “el gobierno cerró todos los restaurantes de orilla de carretera y los conductores no tienen dónde alimentarse. Creen que, como están en Santiago, el camionero va y come en cinco minutos un choripán y quedan arreglados. No es así la cosa”.

“Incluso, hay muchos dueños de camiones que están saliendo a la ruta 5 Sur con una ollita para entregársela a los conductores. A eso hemos llegado”, agrega.

El timonel de la federación sureña, asimismo, cree que las medidas sanitarias que se han tomado para salvaguardar el trabajo y la salud de los conductores, han sido pocas y hace énfasis en la creación de puntos o barreras de control como un elemento efectivo.

“Partimos cargando la mercadería y ya ahí podemos tener un foco de contagio. Después nos vamos, pagamos el peaje, pasamos a los servicentros a cargar combustible, pasamos a comer… Deberían haber barreras para facilitarle el trabajo al conductor, no crearles problemas. Crear una barrera sanitaria donde entregarle guantes, mascarillas,
atender al conductor si viene con problemas, fumigar el camión, controlar de dónde viene, porque ni siquiera se hace eso”, explica.


Aunque la tarea, según Villagrán, la hacen, “de forma voluntaria y con mucho esfuerzo”, teme que los conductores se rebelen ante esta situación. “Las autoridades de gobierno se han limitado a decir que está asegurado el abastecimiento. Yo me pregunto, qué pasaría si mañana los conductores nos dicen ‘¿sabe qué?, esto se acabó. No
tenemos dónde bañarnos, dónde comer, y las condiciones son malas para nosotros, así que no salimos a trabajar’. Lamentablemente,el gobierno se ha preocupado de otras cosas y no de quienes estamos manteniendo la calma en
la población, que somos nosotros”,comenta.

El cruce de fronteras

Para el transporte internacional de camiones, la situación cambia en los inconvenientes. La Asociación Gremial de Empresas de Transporte Internacional de Chile (Agetich) tomó medidas preliminares para paliar el contagio de sus socios.

“Fundamentalmente, decidimos sacar de las líneas y mandarlos a sus casas con vacaciones, descanso o cualquier medida legal a los mayores de 60 años, quienes son los que más riesgo tienen de contraer el virus”, detalla el timonel
del organismo, Juan Monasterio.

Para quienes siguen en la ruta, “tomamos las medidas que indican las autoridades, como la sanitización de los camiones, entregarles jabón, alcohol gel, desinfectante, cloro y mascarillas, así como hacerles una capacitación
y darles un tríptico donde se muestran las medidas que deben tomar para que no contraigan el coronavirus afuera”.

Con eso cubierto, la preocupación de Monasterio se centra en el tránsito en sí, por lugares donde se han tomado medidas de diferente severidad que en Chile“, dice.

Argentina, en tanto, es tema aparte. “Como es un país federal, las provincias se mandan solas”, explica. “Entonces, hay provincias de las que dejan pasar, pero no dejan que los conductores se detengan, paren en estaciones de servicio, que no pernocten. Tenemos que llegar y pasar, porque si no, nos ponen en cuarentena y nos multan”, añade.
Pero hay otras que, derechamente, cerraron el paso. “Ahí tenemos que desviarnos varios kilómetros porque no dejan entrar extranjeros y eso afecta la logística. En promedio, son unos mil kilómetros adicionales, lo que dificulta el
traslado y las condiciones del conductor”, asevera.

Ahora bien, Monasterio evalúa la situación como aún en funcionamiento, pero “el problema es que, cada vez que tengan medidas más restrictivas, más se complica hacer comercio con otros países, porque Argentina es un país de paso para nosotros. Si ellos se cierran, nosotros nos quedamos en casa y no podemos ir a Brasil, Paraguay y Uruguay”.

¿Ayuda del gobierno chileno?

“Tenemos una persona, el gerente de Asuntos Internacionales del Ministerio de Transportes, que ve esas cosas. El problema es que, sin coronavirus, ya tenemos problemas con Argentina”.

De todas formas, Monasterio no cree que eso no debería significar problemas con la cadena de abastecimiento
nacional. “El 50% de lo que se consume aquí es de Chile y el otro viene de afuera. La carne, los granos, el arroz, productos que son de la alimentación básica. Lo complicado es que las provincias pongan medidas más restrictivas y
demoren la salida”, expone.

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